La aventura comienza en la parte baja del pueblo, donde los participantes dejan sus vehículos en la calle Santísima Trinidad. Desde aquí, abandonando el casco urbano para adentrarse en una pista ascendente, sumergiéndose en la serenidad del entorno natural.

La travesía continua descendiendo gradualmente por la pista, rodeada de una impresionante pinada. Gigantescos pinos crean un paisaje único que se revela ante los ojos de los participantes. Después de una corta pero emocionante travesía campo a través, el grupo llega a un parking, punto de acceso a la hermosa Cascada del Molino de San Pedro.

La cascada, con su caída de casi 10 metros en forma de abanico, deja a los participantes maravillados. Tanto en la parte alta como en la baja, capturan la majestuosidad de la cascada en fotografías, mientras algunos aprovechan para disfrutar del agua y la tranquilidad del entorno.

La expedición continúa cruzando la carretera TE-V-9122, ingresando en una senda sombreada que conduce más cerca del río. A 2 km, descubren las ruinas de una antigua Herrería del siglo XVI y la impresionante Cascada de La Herrería, conocida también como Los Ojos del Cabriel. Con dos vertientes de agua, esta cascada ofrece un espectáculo visual y una poza tentadora para refrescarse.

Siguiendo el GR 10.1, los participantes llegan a los Ojos del Cabriel, una poderosa surgencia de agua que nutre el río. Se desvían hacia el mirador para disfrutar de las vistas panorámicas antes de iniciar la bajada al pueblo.