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Una joya entre murallas
Cobra vida como un cuento, con sus casas rojizas que susurran historias ancestrales. Uno de los más bonitos de España.
Cada puerta, cada balcón de forja y madera, cuenta la historia de un pasado que vive en cada rincón. Ventanas encajadas con delicadeza, llamadores que resuenan en la memoria de Albarracín. Cada calle, cada adoquín, cada rincón de Albarracín lleva consigo el peso de la historia y el susurro del viento que acaricia su patrimonio. Sumérgete en este cuento encantado con una visita guiada, donde cada paso te acerca al alma de este pueblo, tejida con hilos de amor y nostalgia. En Albarracín, el tiempo se viste de poesía y la memoria se entrelaza con el presente, creando un viaje que perdura en el corazón.
Casa La Julianeta
Joya arquitectónica del siglo XIV, se alza como un testimonio de equilibrio y arte. Su inclinación peculiar, resaltada por la intersección de dos calles en pendiente. Descúbrela a través del arco del portal de Molina, una ventana única.
El Castillo
Antigua Alcazaba de los Banu Razín, emerge majestuoso sobre un promontorio rocoso, otorgando vistas incomparables a la ciudad y el valle. Revela los vestigios arquitectónico del Albarracín islámico, permitiéndote explorar las residencias de la élite social y militar.
Catedral de Albarracín
Data del siglo XVI. Refleja la transformación de la antigua mezquita. Su reciente restauración desvela vestigios medievales y restituye la riqueza decorativa del siglo XVIII. Destaca la recuperación integral de la capilla de la Circuncisión, con pinturas y retablo.
Plaza Mayor
Alberga el Ayuntamiento. Documentado desde el siglo XIV, su forma actual data del siglo XVI. Con soportales y balconaje, destaca el escudo de armas en la fachada. Vigorosos contrafuertes en el exterior frente al río añaden un toque distintivo al edificio.
Los Arcos
En la esquina derecha del Ayuntamiento, descubre un mirador que ofrece vistas panorámicas de la cara este de Albarracín, llegando hasta la iglesia de Santa María. Un rincón perfecto para apreciar la belleza arquitectónica y paisajística de la ciudad.
Palacio Episcopal
Anexo a la Catedral de Albarracín, es una joya arquitectónica del siglo XVIII. Actualmente, alberga la Fundación Santa María de Albarracín, ofreciendo cursos y congresos. Su fachada de piedra y madera refleja la esencia de la vida palaciega del siglo XVIII.
Portal del Agua
Acceso defensivo de las murallas de Albarracín. Estratégicamente diseñado para suministro de agua durante asedios, cuenta con un sencillo arco de sillería y una pequeña construcción para el cuerpo de guardia, hoy restaurada.
Calle del Chorro
La casa con un balcón esquinero, reproducida en el «Pueblo Español» de Barcelona, destaca en Albarracín. Su arquitectura singular se erige en el punto de partida de la pintoresca calle del Chorro, añadiendo encanto a la riqueza arquitectónica del pueblo.
Casa Azul
La Casa de los Navarro Arzuriaga debe su nombre al predominante color añil de su fachada. Aunque sufrió daños significativos durante la Guerra Civil, su arquitectura neoclásica se destaca con un arco en la planta baja y ventanas en el segundo piso.
Museo de Albarracín
Construido como hospital en el siglo XVIII, este edificio ha servido como cárcel, vivienda y almacén municipal. Rehabilitado como espacio expositivo, ahora alberga un museo con destacados restos arqueológicos islámicos del Castillo.
Iglesia de Santiago
Construida en el siglo XVII, destaca por su nave única con bóvedas de crucería estrellada. El retablo renacentista de San Sebastián, junto con el retablo mayor dedicado a Santiago, reflejan la rica historia artística de este templo.
Torreón del Adarve
Descubre un mirador escondido junto al Portal del Agua en Albarracín. Este rincón secreto te regala vistas espectaculares de la majestuosa catedral. Contempla el esplendor arquitectónico de este monumento mientras te sumerges en la magia de Albarracín.
Iglesia de Santa María
Reformada en 1567 por Quinto Pierres Vedel, combina elementos góticos y mudéjares. Destaca por retablos y capillas de gran calidad, como la Virgen de la Leche. También fue parte del convento de Santo Domingo, junto con la Torre de doña Blanca.
Torre de Doña Blanca
Resguardaba la defensa del extremo sur. Después de perder su función defensiva, en el siglo XVII, fue cedida al convento de dominicos como biblioteca. Restaurada en 2001, se convierte en un espacio artístico y mirador privilegiado de la ciudad.
Casa de los Monterde
Destaca por su noble portada y un gran escudo en la fachada. La forja de las ventanas y balcones, junto con el lucernario superior, añaden encanto a esta mansión. Un pasaje abovedado la atraviesa en su planta baja, una peculiaridad única.
Callejear por su rincones
Las callejuelas estrechas son un laberinto que invita a perderse. Entre casas de colores terracota, sus sinuosas sendas transportan a un viaje en el tiempo, desvelando secretos arquitectónicos y revelando la esencia medieval de esta joya urbana.
Tejados casi unidos
La arquitectura cubista se manifiesta en fachadas únicas con entrantes y salientes, donde los tejados se solapan creando una estampa característica. Cada casa cuenta una historia visual, un testimonio de la singularidad de este pintoresco lugar.
Casas de yeso del terreno
La arquitectura local destaca por la madera que conforma las estructuras de las viviendas y el distintivo yeso rojo que reviste sus fachadas. Estos elementos son testigos de la autenticidad y tradición arraigadas en cada rincón de esta encantadora localidad.
En los Pinares de Rodeno, un paisaje que encierra la memoria prehistórica. Sus abrigos rocosos narran historias de caza, rituales y vida cotidiana, dejando una huella atemporal. Este paisaje protegido, abrazado por Albarracín, Bezas y Gea de Albarracín, fusiona la historia humana con la belleza natural. Desde el Centro de Interpretación de Dornaque, las pinturas rupestres cobran vida en visitas guiadas, conectando a los visitantes con el legado ancestral. Aquí, la flora y fauna coexisten en una danza eterna, mientras los pueblos circundantes añaden su propia esencia a este rincón eternamente sentimental.
Colocha
Desde el Mirador Alto del Puerto en el Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno, se despliega una amplia vista que revela la riqueza del entorno. Pinos rodenos, rocas areniscas y pinturas rupestres crean un paisaje único s a través de los Senderos de Arte Rupestre Prehistórico de la Sierra.
Miradores
Ofrecen panorámicas excepcionales. Desde estos puntos elevados, se contempla la majestuosidad de los Pinares, revelando la diversidad del paisaje rocoso, la inmensidad del bosque y la armonía de la naturaleza. Cada mirador invita a admirar la belleza única de este entorno protegido.
Abrigo de Lázaro
Lázaro, buen amigo de la familia y explorador incansable del pinar, tuvo el privilegio de revelar en 1986 este tesoro prehistórico, capturando gestos agresivos, armas y la emoción de una historia ancestral. Las fascinantes pinturas del abrigo datan del Neolítico entre 7000 y 4500 a.C.
Piedras impactantes
Las piedras presentan formas singulares y caprichosas, con estructuras rocosas inusuales que dan lugar a figuras extraordinarias. Estos caprichos geológicos, esculpidos por la erosión, crean un paisaje único donde la imaginación se despierta.
Caminos
Las areniscas rodenas, modeladas por viento y agua, forman crestas y páramos que dan vida a callejones, torreones, abrigos y rocas en seta en la «ciudad roja». Hogar de pinos resineros, rebollos, encinas y la majestuosa águila real, este paraje configura la identidad única de la región.
Vistas panorámicas
En la franja oeste de los Pinares del Rodeno, el relieve cambia drásticamente. La caliza reemplaza a la arenisca, dando lugar a zonas llanas y elevadas con suaves caídas hacia el barranco principal. Estas 6.829 hectáreas exhiben dos tipos de relieves distintos.
Vida silvestre
Desde carboneros, búhos reales, halcones peregrinos, garduñas, ciervos, corzos hasta culebras de escalera coexisten en este entorno. Testigo de asentamientos humanos desde la Prehistoria, el lugar deja una inconfundible huella en el entorno.
Campamento Maqui
En la Sierra de Albarracín fue un refugio crucial para los guerrilleros maquis tras la Guerra Civil Española. Operativo hasta diciembre de 1947, ofrecía todo lo necesario para la vida cotidiana, incluyendo una escuela. El régimen franquista asaltó el campamento, marcando su fin.
Accesibilidad
Un sendero cuidadosamente trazado te guiará a través de paisajes impresionantes hasta las enigmáticas pinturas rupestres. Sumérgete en la historia mientras exploras este camino adaptado para garantizar una experiencia accesible para todos. Combina naturaleza, cultura y accesibilidad.
Descubre los encantadores pueblos del entorno
Sierra de Albarracín
Calles empedradas, fachadas encaladas y paisajes de cuento te transportan a la esencia rural. Sumérgete en la historia, disfruta de la naturaleza y siente la tranquilidad de estos rincones únicos.